Seguimos nuestros paseos con Colita,y esta vez nos dirigimos a la recién remodelada Plaza Lesseps. Albert Viaplana cree hacer una arquitectura radical,estoy segura, pero el resultado es fallido.Una vez más es la agresividad la que impera,en especial en el afilado triángulo de cada extremo que ya a la simple visión es como un hachazo en el ojo. El pavimento es de madera,según el arquitecto," porque los transeuntes podrán sentarse tranquilamente".A qué? A aspirar el humo de los coches que pasan a cientos cada día?
Viaplana debe haber estudiado bien el Constructivismo ruso, pues sus formas metálicas en diagonal recuerdan vagamente a la famosa Tribuna Lenin de El Lissitzky (1920-24).Pero lo que allá fue una idea genial (era una tribuna móvil que causó sensación en la Exposición Internacional de Arte Teatral de Viena en l924), aquí es un elemento pequeño,unicamente decorativo y con unos estúpidos peldaños que rozan lo kitsch .La famosa tribuna de El Lissitzky (a partir de bocetos de su alumno Ilia Tsyasnik) tenía que ser de hierro y vidrio y medir 12 m de altura.Un ascensor de cristal transportaría a los conferenciantes.Habría una pantalla portátil sobre la que se proyectarían esloganes y noticias.Esta sorprendente invención,pensada para fines utiltarios, no se llevó a la práctica por falta de medios.
La misma sensación de artificiosidad y fealdad -por la falta de proporciones- la da el paralelepípedo metálico que se acaba por confundirse,como acertadamente me comentaba un taxista, con elementos de la obra del metro que aun se están realizando en la plaza. Las lámparas son también agresivas y duras y todo el conjunto no invita a pasear,y mucho menos a descansar. El sufrido habitante de este barrio no ha tenido desde los años treinta una plaza potable que atravesar y que usar y ahora,cuado una bella biblioteca aparece en uno de sus lados, la intervención de Viaplana hace todo por anular su visión. Hasta cuándo los barceloneses sufrirán estos atentados estéticos con pretensiones de vanguardismo?
